La Argentina enfrenta la necesidad imperiosa de desarrollo, a través del agregado de valor a sus materias primas, y una diversificación productiva que profundice la industrialización, clave para mejorar la estructura distributiva. Una industria que genera e incorpora más conocimiento, tracciona la creación de pequeñas y medianas empresas, y aporta la agregación de valor en el campo, ya que encuentra en el trabajo el eje para avanzar decididamente en materia de inclusión social. El crecimiento deriva también en una mayor demanda de energía y servicios de infraestructura básica, por lo que resultará crítico para el desarrollo asegurar un avance permanente en estos sectores estratégicos.